En sustitución, se flota el Gasoducto Cruz del Sur, que une Buenos Aires y Montevideo desde 2002, con el objetivo de llegar a Porto Alegre.
La búsqueda del mercado brasileño para monetizar el gas de Vaca Muerta ya comenzó y el gobierno nacional ya confirmó que ahora está estudiando una nueva alternativa. Se propone utilizar el Gasoducto Cruz del Sur, que conecta Argentina y Uruguay desde principios de siglo y al que hay que sumar una larga extensión hasta Porto Alegre, para acceder al lucrativo sur brasileño.
Los avances en la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner, actualmente en construcción entre Cuenca Neuquina y la comunidad bonaerense de Tratayén, así como la potencial emisión de la segunda fase del gasoducto a San Jerónimo en la provincia de Santa Fe, han impulsado discusiones y decisiones sobre cómo usar esta infraestructura para exportar a otros países de la región.
En el caso de Chile, ya existe infraestructura oclusiva a lo largo de la Cordillera que soporta los envíos que se vienen concretando en los últimos dos años hasta en torno a los 10 MMm3/día, pero la ruta a Brasil es más difícil.
La principal ruta discutida por funcionarios y empresarios de ambos países para llegar a Porto Alegre fue a través del Gasoducto Mercosur, que se extiende desde Aldea Brasilera en Argentina por la provincia de Entre Ros en el sur hasta Uruguaiana en Brasil. Operando desde el año 2000, el gasoducto sigue la ruta 127 en forma paralela antes de cruzar la frontera internacional a través de un canal subterráneo bajo el río Uruguay 15 kilómetros al sur de la ciudad correntina de Paso de los Libres. Una vez en el país vecino, el gasoducto abastece de gas a un tramo de 25 kilómetros del Sistema Eléctrico Central de Uruguay.
De ahí en adelante hay que hacer todo porque el proyecto de los años 90 de ampliar la vía 615 kilómetros hasta Porto Alegre quedó truncado.
Sin embargo, el gobierno ahora confirmó que también está analizando la posibilidad de utilizar la infraestructura existente del Gasoducto Cruz del Sur. Actualmente, Shell (40%), Pan American Energy (30%), Ancap (20%) y Wintershall (10%) son todos socios de capital en el proyecto. La construcción del gasoducto comenzó en marzo de 2001 y fue inaugurado oficialmente por los presidentes de Uruguay y Argentina, Jorge Batlle Ibáez y Eduardo Duhalde, en noviembre de 2002.
Este ducto requirió una inversión de US$150 millones, y se extiende 200 kilómetros desde el barrio de buena fe de Ensenada, Punta Lara, 55 kilómetros por el túnel subacuático hasta Santa Ana, Uruguay, y otros 145 kilómetros por el túnel terrestre, con un caudal de 5 MMm3. /día de capacidad. La tubería tiene un diámetro de 18 a 24 pulgadas y recorre los departamentos de Colonia, San José, Canelones y Montevideo, abasteciendo a 18 localidades y transportando más del 95% del consumo de gas natural del país a través de un sistema con una longitud total de 400 kilómetros.
El gasoducto recibe su suministro de gas natural de los yacimientos de Cuenca Neuquina, y desde la década de 1990 se habla de extenderlo al estado brasileño de Rio Grande do Sul mediante la construcción de un ramal desde la ciudad de Colonia.
Llegar a esa ciudad, que tiene alta demanda de gas para su complejo industrial, le permitiría además conectarse al ya existente gasoducto Bolivia-Brasil (GasBol), que se extiende desde Ro Grande, departamento de Santa Cruz, Bolivia, hasta Canoas. , un estado de Rio Grande do Sul, en el sureste de Brasil, y pasa por los estados brasileños de Mato Grosso do Sul, Sao Paulo, Paraná y Santa Catarina.
Fuente: Run Run Energético