Gasoductos saturados en invierno, otros con capacidad ociosa. El contexto de la infraestructura existente.
Argentina cuenta con gasoductos de exportación operativos que permiten llevar el gas del país a vecinos como Chile, Uruguay y Brasil. De acuerdo con el plan para el sector hidrocarburífero del gobierno nacional dado a conocer la semana pasada, la capacidad de transporte y la situación de los gasoductos en el país están en saturación, aunque existen ductos ociosos y obras pendientes de gran importancia.
Por ejemplo, el gasoducto Centro Oeste (operado por TGN que llega al Litoral) tuvo una operación al máximo de su capacidad durante todo 2019. El Neuba I y II (administrado por TGS, con destino a Bahía Blanca) se saturó el año pasado durante el invierno. Y el San Martín cuenta con una alta utilización en el tramo Tierra del Fuego-Santa Cruz (+90%), con capacidad ociosa en varios sectores.
El Gasoducto del Noreste es un buen ejemplo de capacidad ociosa. En junio trascendió que esta obra parcialmente habilitada se retomaría. Para recuperarla, IESA está a cargo de la elaboración del análisis y presupuesto de esta conexión con Bolivia que abastecería de gas al norte argentino.
El Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) tomó lista de las obras postergadas y que llevarían el servicio a distintos puntos del país, abriendo nuevos mercados internos. Fue en una teleconferencia con las principales distribuidoras.
Los primeros proyectos a retomar son el Gasoducto Norte en la provincia de Santa Cruz, que se conecta en la localidad chubutense de Río Mayo y abastece a las localidades santacruceñas de Perito Moreno y Los Antiguos; el Gasoducto Sur en la provincia de Mendoza; en Córdoba, los gasoductos La Cruz y Ballesteros; en el sur de la Provincia de Buenos Aires, el Gasoducto de la Costa; y en la provincia de Santa Fe, el refuerzo del último tramo del Gasoducto Regional Sur, para mejorar el abastecimiento de Venado Tuerto.
Sin esta infraestructura, hay imposibilidad de crecimiento de producción de gas natural y cualquier esfuerzo en los yacimientos de las cinco cuencas productoras sería en vano.
La demanda actual del país es de 130 millones de metros cúbicos por día, con picos de 150 millones en el invierno. La producción de Vaca Muerta puede sostener 200 millones de metros cúbicos por día y exportaciones de 40 millones de metros cúbicos diarios para 2030 durante 9 y 10 meses del año.
El gas natural es además el combustible de la transición energética. El G20 lo tomó como consigna en 2018 para impulsar el uso de GNC y GNL para vehículos. El GNL sería importante en la flota pesada.
Pero las claves para el desarrollo, considera el gobierno, están en cinco ejes.
El primero es la generación de nuevas industrias y el abastecimiento de localidades sin suministro. El segundo es la expansión del servicio a nuevos hogares. En tercer lugar está la chance de exportar hacia Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El cuarto punto a tener en cuenta es la disponibilidad a largo plazo de que mejore la competitividad (proyectos industriales y logística de transporte). Y el quinto eje es el autoabastecimiento en los picos de consumo y ahorro de divisas.
Fuente: La Mañana de Neuquén